Bert Trautmann era un muchacho en la Alemania nazi, como tantos otros cautivados por la ola que desató Hitler. Cuando empezó la segunda guerra mundial tenía diecisiete años y se presento voluntario al ejército. Suspendió el examen de intérprete de morse y se hizo paracaidista. Lucho en Crimea y en Moscú. Fue capturado y utilizado para reparar carreteras, pero en un contraataque alemán consiguió escapar. Volvió a combatir y finalmente fue apresado por los aliados a orillas del Rin, cinco semanas antes de acabar la guerra. Estuvo prisionero primero en Belgica y luego en Inglaterra.
Y fue alli, en partidillos entre prisioneros y guardias, donde empezó a destacar como portero. Le fichó el Saint Helens, de regional, y destacó tan poderosamente que fueron por él el Tottenham Hospurt, el Arsenal C.F y el Manchester City. "Opte por el City porque siempre me dijeron que en Inglaterra la gente es mejor cuanto más al norte te vas". Había decidido quedarse a vivir en Inglaterra porque en Alemania ya no le quedaba nada: ni casa, ni ropa, ni familia. Tenía que emprender una nueva vida en casa de los vencedores.
Era en 1949, él tenía veintiséis años. Y aunque estaban lejos de Londres, su presencia no fue muy bien acogida: unas 50.000 personas se manifestaron con pancartas contra el fichaje de ese portero alemán. Su debut, que se produjo en el campo del Bolton, atrajo 27.000 espectadores, furiosos por la extraña presencia de un soldado nazi en el equipo rival. Y no acabó bien para él: el City perdió 3-0. Pero Trautmann era un buen portero, superó todas las circunstancias y se mantuvo en la porteria del City durante quince años. Su día de mayor gloria fue la final de la FA Cup de 1956, en la que los suyos ganaron por 3-1, y él se mantuvo en el campo los últimos quince minutos con una vértebra rota, pese a lo cual tuvo grandes paradas. Fue elegido por la sociación de futbolistas mejor jugador de la temporada, por primera vez que tal honor recaía en un extranjero.
Su despedida, en 1964, tuvo lugar en un partido homenaje por todo lo alto, un combinado de los dos equipos de Manchester se enfrentaron a la selección inglesa. Bobby Charlton dijo de él que había sido el mejor portero de todos los tiempos y dijo la frase " no mires a la portería si esta Trautmann, él leerá tus pensamientos" y la asociación de futbolistas le colocó como portero en el "once de Wembley", con los mejores jugadores de su liga de toda la historia. En 2004, la reina Isabel II le nombró oficial del imperio británico.
El tiempo le trajo a España, en busca del suave clima de nuestra costa mediterránea. Vive en Almenara, en la provincia de Castellón, como uno más de los ancianos felices que disfrutan en aquella costa dorada.
Articulo de Alfredo Relaño.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Llevo tiempo viendo tu blog y te tengo que decir que este articulo es de lo mejor publicado, sobre todo por lo curioso que es. mi enhorabuena por tu pagina.