La injusticia sigue 59 años despues

Hace exactamente 59 años que Uruguay venció por 1 a 2 a Brasil en Maracaná en la Final del Mundial de 1950, celebrado en el país carioca. Este mítico encuentro, conocido popularmente como ‘Maracanazo’, dio inició a la rebelión de los débiles frente a los grandes equipos, un verdadero hito en la historia. Pero esta derrota condenó a un portero de por vida: Moacir Barbosa, portero de Brasil, relegado al olvido de por vida. Barbosa era uno de los mejores porteros de la época. Titular indiscutible con la canarinha, el portero brasileño era uno de los ídolos de la afición: por ejemplo, fue el primer portero en sacar de puerta con el pie. En este campeonato, la anfitriona llegó a la final ante Uruguay, en un partido que pasará a la historia por ser el que mayor número de espectadores ha reunido en la historia del fútbol, con más de 200.000 espectadores en la grada. En lo puramente deportivo, la primera parte del encuentro fue de tanteo. Pero en el minuto 47, Friaça adelantaba a Brasil. Fue entonces cuando Obdulio Varela, capitán de Uruguay, paró el partido llamando a un traductor para reclamar al trencilla un fuera de juego inexistente. Fue un punto de inflexión que sirvió para parar el ritmo de partido, algo que dio alas a los charrúas. Tras ello, Schiaffino en el 66 logró la igualada y Ghiggia en el 79 dio la vuelta al marcador, consiguiendo la victoria para Uruguay. A pesar de ser nombrado el mejor portero de la competición, Barbosa pasó al olvidó más absoluto. Retirado del fútbol ocho años más tarde -en 1958, con 41 años de edad-, pasó a ser ‘el portero maldito’ del fútbol brasileño. El portero sólo sería recordado, posteriormente, por su error en la final de aquel campeonato mundial, un fallo que le marcaría de por vida. Tanto fue así que incluso años más tarde era considerado ‘persona non grata’. En 1994 -año en que Barbosa iba a participar como comentarista del Mundial de Estados Unidos- se acercó hasta la concentración brasileña para saludar a los integrantes de la seleçao. Pero un componente del equipo prohibió su entrada en el recinto. "Llévense lejos a este hombre, que sólo trae mala suerte", fueron sus palabras. Barbosa se resigno entonces: “la pena más alta en mi país por cometer un crimen es de 30 años. Yo llevo 45 pagando por un delito que no cometí”, declaró. Tan sólo seis años después de este incidente -el 8 de abril de 2000- y sumido en la más absoluta pobreza, el portero brasileño fallecía. Pero incluso en ese momento, la prensa de su país se cebó con el: "La segunda muerte de Barbosa", rezaban los titulares de los rotativos. Aquel gol enterró en vida a uno de los mejores porteros de Brasil.

2 comentarios:

Guardameta dijo...

No conocía la historia de Barbosa, pero siempre llevamos eso a cuestas...siempre se te recuerda por lo malo, una enorme injusticia lo que se ha hecho con este hombre.

A menor escala tambien ha pasado en España...todo el mundo se acuerda del fallo de Arconada.

Anónimo dijo...

pero con una pequeña diferencia, arkonada fue perdonado y es recordado como uno de los grandes porteros de este pais